Adiestramiento, planificación y registros

La planificación y el registro de la información es una de las tareas pendientes de muchos entrenadores y educadores caninos y puedo entender porque:

  • Requiere dedicar un tiempo para pensar con antelación en qué es lo que vas a hacer y porqué. En el mundo del adiestramiento canino todavía hay muchos adiestradores que basan su trabajo en la intuición más que en los datos obtenidos del trabajo diario.
  • Muchos adiestradores no tienen del todo claro cómo llevar a cabo estos registros. Hay una gran cantidad de información que podemos obtener de cada sesión de entrenamiento, diferenciar la que te puede resultar más útil en cada momento implica obtener experiencia en el proceso de registro. Por eso hacemos tanto hincapié la formación que impartimos.
  • Implica una estructuración del entrenamiento que a muchos adiestradores le resulta difícil de incorporar cuando vienen de una metodología de trabajo más anárquica e improvisada. Por supuesto que un adiestrador tiene que saber responder a las situaciones que el animal le plantea, y para un principiante son muchas las ocasiones en que esto sucede. Es por eso que el registro de estas situaciones ayuda también a quien empieza a tomar conciencia más rápido de los factores que son importantes para nuestros animales.
  • Requiere dedicar un tiempo al final para registrar, evaluar y planificar las situaciones siguientes a las que vamos a exponer a nuestro animal. Por lo que los entrenamientos de 5 minutos al día en un hueco que he encontrado antes de salir de casa quedan fuera de esta metodología de trabajo. Son algo más propio de un particular, sin grandes aspiraciones en cuanto al comportamiento de su animal, más que de un profesional que trabaja día a día para obtener los mejores resultados en el menor tiempo posible.

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Estas son las principales razones que nos trasladan las personas a las que se les hace complicado incorporar un sistema de trabajo bien estructurado. Ven esta labor como un proceso demasiado laborioso y se encuentran día tras día dejándolo en su lista de tareas pendientes.

Sí eres una de estas personas… ¡Lo que no sabes es que también estas postergando los beneficios de este trabajo!

La planificación, registro y evaluación del entrenamiento nos proporciona:

  • Una guía, flexible, para saber en todo momento cuales serán los pasos siguientes, a medida que vayamos alcanzando los objetivos que nos fijamos, en el proceso de entrenamiento.
  • Convertirte en tu propio maestr@. Aprendiendo de tu propio trabajo y ahorrándole una gran cantidad de tiempo y de dinero en aprender aspectos del entrenamiento que podrías aprender por ti mismo. Destinando esos recursos a atender a formaciones donde solucionar los problemas que no estas pudiendo resolver por ti mismo en este momento, o en explorar aspectos nuevos para ti acerca del proceso de entrenamiento
  • Un espacio de reflexión, en el que trazar el camino que vamos a seguir. Planteándonos el orden en que iremos haciendo las cosas y definiendo las partes del proceso sobre las que tenemos dudas.
  • Un manual para el futuro. Yo llevo los últimos 10 años archivando planes de entrenamiento y registrando el trabajo que he ido haciendo con más de 40 especies de animales diferentes, incluyendo el trabajo con perros en casi todas las especialidades. Sin lugar a duda es el material más valioso con el que cuento a la hora de diseñar nuevos programas de trabajo, ayudar a otros profesionales en los problemas que se encuentran en su día a día y resolver mis propios problemas en el entrenamiento de ellos animales con los que trabajo. Nunca sabes  cuando te va a volver a ser útil esa información, perderla sería la mayor pérdida de tiempo que podrías cometer.

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Estamos terminando el año, es un momento que muchas personas dedicamos a reflexionar, a evaluar los objetivos que nos habíamos marcado.

Estoy en Bolivia en la terraza de una planta 13 desde la que se ve la panorámica de una ciudad, Santa Cruz, que se encuentra en pleno crecimiento, aprovechando a evaluar los objetivos que nos marcamos desde Animal Nature para este año. El balance está siendo muy satisfactorio, pero eso también nos indica que podemos plantearnos objetivos más ambiciosos para el próximo año.

Este es un pequeño ejemplo de algunas de las categorías sobre las que desglosamos nuestros objetivos:

  • Los beneficios que repercuten en los animales que participan en nuestras formaciones.
  • La generación de conocimiento compartido con colaboradores, alumnos y profesionales con los que coincidimos a lo largo del año
  • La actualización de los procedimientos de entrenamiento en función de los resultados obtenidos.

Espero que hayas tenido un 2015 fantástico y que el 2016 venga lleno de nuevos retos sobre los que seguir aprendiendo.

Felices fiestas

Carlos Bueren

Carlos Bueren

Shhhh… Kaiku trabajando

Hoy me apetecía abrir las ventanas de mi casa para enseñaros un poco del trabajo que hago con mi perra. Este ejercicio comenzó en la Escuela de Entrenadores Animal Nature donde mantenemos nuestra formación a raya (nunca dejaremos de aprender). La idea era enseñar a nuestros perros a mantener una posición de espaldas a nosotros, mirando hacia el frente para poder enlazarla luego con diferentes ejercicios. Hasta aquí todo normal. El problema llegó cuando nos dimos cuenta de que para Kaiku no es nada fácil darme la espalda y menos aún que mis brazos pasaran por encima de su cabeza para entregar los refuerzos. En este punto paramos y nos replanteamos todo.

Si un perro muestra alguna inseguridad no tiene sentido insistir en enseñarle comportamientos nuevos. Lo primero son ellos, siempre, los deseos del entrenador quedan en un segundo plano. Como dice nuestro «sen sei» los ejercicios que enseñamos a nuestros animales en principio no tienen ningún valor para ellos, es deber del entrenador conseguir que a nuestro compañero le guste jugar a nuestro juego.

Con Kaiku decidimos que lo primero era desensibilizarla a los movimientos que le llegan por la espalda. Mucha paciencia, muchos premios y mucho tiempo dándonos la espalda 😉 Una vez que ella empezó a mostrarse cómoda con esto empecé a trabajar el comportamiento que veis en el vídeo y oye… ¡parece que le gusta!

Ejercicios para inspirate

¡Hoy una de ratas!

La visión de nuestros perrosojo perro

A la hora de elegir juguetes o señales para nuestros perros deberíamos tener en cuenta el color si queremos que sean salientes respecto al entorno.

Os dejo un artículo interesante sobre como ven nuestros compañeros (para verlo pincha sobre el título).

¿Por qué entrenar?

viñetaEmpecemos por el principio. Todos los que tenemos un compañero no humano en casa tenemos que ser conscientes de que hemos “encerrado” a un animal en un ambiente que no es el suyo. Y no hablo sólo de los que tenéis psitácidas o reptiles. Tu gato y mi perro, nos guste o no, no están diseñados para estar todo un día dejando su marca en el sofá y salir a la calle un par de horas.

¿Esto quiere decir que tu amigo con pelos, plumas o escamas es infeliz en tu casa? No. Nosotros tenemos la obligación de hacer que su vida sea lo mejor posible y para ello podemos contar con el entrenamiento.

Cuando entrenas de forma regular con tu animal, lo primero que notamos todos es que estamos creando un vínculo. Nuestra relación mejora, aprendemos a entendernos mutuamente, nos conocemos, conseguimos comprender su lenguaje corporal y él el nuestro. Esta es la parte más obvia.

Como hemos dicho antes, nuestro perro, gato o ave físicamente no está diseñado para quedarse en casa, necesitan movimiento, ¡un poco de acción! Piénsalo, has metido un pájaro, un descendiente de los chacales o un felino entre cuatro paredes, merece un poco de tu tiempo para desarrollar sus capacidades físicas. El entrenamiento también nos ayuda a copar su necesidad de ejercicio físico.

¿Y su mente? “Un animal en estado salvaje está continuamente tomando decisiones” (gracias Carlos ;), sea depredador o presa necesita mantenerse activo mentalmente para sobrevivir. Nuestros animales tienen ese aspecto cubierto, nosotros les protegemos. Tampoco tienen que preocuparse por conseguir alimento, nosotros se lo proporcionamos, pero su mente necesita ocuparse de algo. Ahí entramos nosotros con juegos y entrenando comportamientos, en definitiva planteándoles retos.

Una vez que tu compañero tiene cubierta la parte física y mental nos ocupamos de la parte social y de cuidados veterinarios. Para mejorar su calidad de vida y rebajar sus niveles de estrés cuando toca pasar por la bata blanca entrenamos lo que llamamos comportamientos cooperativos. Voy a poneros un ejemplo sencillo de a qué nos referimos con este término: toca cortar las uñas (loro, perro, gato o iguana, a todos les toca en algún momento), ¿no será más sencillo para el veterinario y para tu bicho haber entrenado antes la secuencia “me haces una señal – te doy la pata – me cortas la uña – recibo un premio” que “te agarro por la fuerza y entre tres te sujetamos mientras un aparato que no habías visto en tu vida te corta una uña”?

Si además de estas razones básicas para entrenar con tu animal añadimos un par de razones secundarias como hacer deporte juntos, prestar un servicio a personas con algún tipo de discapacidad o ayudar en la educación de niños o adultos, entrenar se convierte en mucho más que una necesidad.

Os dejo con un vídeo que creo es muy representativo de lo que os he hablado. Que lo disfrutéis y ¡BUEN ENTRENO!

Ejercicios para inspirarte

¿Quién dice que un gato no puede entrenar?

Corre la falsa idea de que cuando alguien quiere meterse en el mundillo del entrenamiento debe tener un perro y si tienes menos tiempo para dedicarle a una mascota mejor cógete un gato.

Hoy vamos a desmontar mitos. A los gatos no solo se les puede entrenar para que hagan diferentes comportamientos para dejar a las visitas con la boca abierta, si no que el adiestramiento supone una forma de enriquecimiento ambiental para el animal muy beneficiosa.

Mirad este vídeo:

Sí es importante tener en cuenta que estamos adiestrando un gato y no un perro, ¿qué quiero decir con esto?

Los felinos necesitan al trabajar con ellos sesiones más cortas que los perros, perfecto si sólo tenemos 5 minutos al día para dedicarle 100%  a nuestro gato.

Siempre que nos planteamos un comportamiento que queremos conseguir, trabajemos con el animal que trabajemos, tenemos que buscar la forma que le resulte más sencilla a él, no a nosotros. Esto pasa por buscar ejercicios lo más parecidos posible a comportamientos naturales de la especie. Es decir, si queremos enseñar a nuestro gato a tocar un interruptor para apagar la luz del salón y no tenernos que levantar del sofá, le pediremos que lo haga con una pata y no con su hocico. ¿Por qué? Porque para enseñarle el ejercicio vamos a partir de su comportamiento natural de explorar las cosas nuevas con sus patas. Si le enseñáramos este mismo ejercicio a un perro seguramente nos resultaría más sencillo enseñárselo con el hocico ya que ellos siempre empiezan a explorar objetos nuevos a través de su olfato. Fijaos cómo realizan en el vídeo el ejercicio de cerrar la puerta el perro y el gato.

Rosen entrenando¿Habéis notado la diferencia de ritmos en el vídeo? El perro realiza los ejercicios de una forma mucho más rápida que el gato. Aquí ya no hablamos sólo de una diferencia entre especies, hablamos de diferencias entre individuos. No es lo mismo trabajar con un border collie que es explosivo y muy activo que con un bulldog inglés ¿verdad? Pues fíjate bien en tu animal y diseña tu entrenamiento adaptándote a sus tiempos, ¡no le pidas nunca algo que no puede hacer!

Para terminar quiero enseñaros el trabajo de una compañera también instructora de la Escuela de Entrenadores Animal Nature. Mientras yo me formaba con mi perrilla, ella hacía exactamente lo mismo con Rosendo, su gato. Es un gustazo verles trabajar. Picha aquí para verlo.

Para entenderme fijate en mi cola

Todos sabemos que para saber el estado de ánimo de un perro tenemos que fijarnos en su lenguaje corporal. Las orejas y la cola son para la mayoría de nosotros los dos puntos más fáciles de interpretar en nuestros perros, pero… ¿estamos seguros de entender lo que nos cuentan?

Pondremos un ejemplo: paseas con tu perro por una zona urbana y estáis a punto de cruzaros de frente con otra pareja, un chico joven y su chihuahua. Cada humano observa a su compañero peludo y ambos se tranquilizan pensando “mi perro mueve la cola como un loco, está contento, dejaré que salude”. Sin entrar en detalles de cómo se produce el encuentro (esto es tema para unos cuantos post) tu perro se lleva un bocado en el morro y una mala experiencia que no hemos sabido evitar, ¿qué ha fallado?

Giorgio Vallortigara, director del Laboratorio de Neurociencia y Cognición Animal en la Universidad de Trento y su equipo llevan años investigando la lateralidad en el cerebro de diferentes especies animales y cómo podemos valernos de esta información para trabajar por el bienestar animal (me tienen totalmente enganchada).

Resulta que cuando tu perro mueve la cola no sigue siempre un mismo patrón, existen dos posibilidades conocidas y estudiadas por el equipo italiano:

  1. Movimientos de la cola donde la fuerza del “latigazo” es hacia la derecha, controlados por el hemisferio izquierdo de su cerebro. Este hemisferio está especializado en sentimientos positivos (el afecto, la sensación de seguridad, etc.) y estados fisiológicos de relajación (ritmo lento del corazón, etc.), que implican aproximación y acumulación de energía.
  2. Movimientos de la cola donde la fuerza del “latigazo” es hacia la izquierda, controlados por el hemisferio derecho de su cerebro. Este hemisferio controla conductas de retirada en el perro que conllevan gasto energético (el miedo, la agresividad.

Por lo tanto cuando un perro agita su cola hacia la derecha, Vallortiaga lo relaciona con emociones positivas (reencontrarse con su mejor amigo humano, tener la posibilidad de conseguir un premio…). Y al contrario, cuando un perro agita su cola hacia el lado izquierdo lo relaciona con emociones negativas (cruzarse con un perro que le resulta hostil, conocer a un nuevo humano frente al que se siente inseguro…).

Pero la investigación no quedó aquí, el equipo de la Universidad de Trento quiso averiguar si esta diferencia en el movimiento de la cola de un perro era entendida y por sus iguales. Los investigadores mostraron a los perros vídeos de otros canes que movían la cola de manera asimétrica, a la derecha o a la izquierda, y observaron las reacciones. Cuando los perros veían a otro can moviendo la cola a la izquierda, su ritmo cardíaco aumentaba y parecían ansiosos. Cuando, en cambio, el rabo escoraba a la derecha, los otros perros permanecían relajados.

Entonces… ¿qué no viste al acercar tu perro al chiguagua? Seguramente lo que interpretaste como un movimiento de cola amigable no lo era…

Es complicado distinguir hacia qué lado da el mayor bandazo la cola de un perro, normalmente son movimientos muy rápidos, pero después de leer esto te reto a que te fijes en ello. ¿En qué situaciones mueve tu perro la cola hacia la derecha? ¿y hacia la izquierda?

Algunos artículos interesantes sobre este tema:

Seeing Left- or Right-Asymmetric Tail Wagging Produces Different Emotional Responses in Dogs. M. Siniscalchi, R. Lusito, G. Vallortigara, A. Quaranta, Current Biology, 31 de octubre 2013

Asymmetric tail-wagging responses by dogs to different emotive stimuli. Quaranta, A., Siniscalchi, M., and Vallortigara, G. (2007). Curr. Biol. 17, R199–R201.

Animal welfare: neuro-cognitive approaches. M. Morgante, G. Vallortigara. Ital.J.Anim.Sci. vol. 8 (Suppl. 1), 255-264, Scientific Association of Animal Production, 2009.